...el pasado 2010 fue año de Mundial de Futbol, con una mediocre actuación de la selección
mexicana, para variar.
Pero eso no amedrenta al fiel aficionado al deporte de
las patadas que, debido a su pésima memoria, olvida pronto los sufrimientos y
humillaciones que vivió y está atento al arranque de las venideras temporadas
de futbol nacional.
Todavía no se recupera por completo de los pesares
sufridos durante el dichoso Mundial y ya se reporta listo para vestir la
camiseta de su equipo nacional favorito.
Pero conozco gente que no soporta que por todos lados
se hable tanto del mentado futbol; no comprenden cómo el futbol está siempre
presente en cuanta conversación escucha, aún sin proponérselo oye por todos
lados las polémicas acerca de qué equipo es mejor que otro, de los resultados
de las jornadas de cada fin de semana y no se explica cómo los goles, las
jugadas y las gracias de los jugadores inundan los espacios televisivos siendo,
éstos, los que ahora ocupan los horarios estelares desplazando a los programas
que luego acostumbra ver; lo peor ocurre los fines de semana cuando 9 partidos
de futbol son transmitidos por la tele y, aún cosa peor ocurre (válgame la
expresión) cuando hay jornada doble y otros 9 partidos se transmite durante el
miércoles y jueves.
El futbol mediático se nutre de quienes lo juegan y de
quienes lo ven, lo escuchan, lo leen y lo comentan.
Como un producto soportado por el monstruo
publicitario de las dos televisoras nacionales, un ejército de gente se encarga
de que el futbol nacional aparezca hasta en la sopa.
Por otro lado cumple muy bien su papel de Pan y
Circo que el gobierno tiene a bien racionarnos para mantenernos en el
perfecto status social, el de borrego
medio bien - medio mal atendido, según nos vaya en las competencias
internacionales.
Pero no todo en la vida ocurre en los medios de
comunicación, como lo creen muchos, también hay futbol a nivel amateur y es
ahí, precisamente, donde de verdad se divierte uno, buenos los que lo hemos
jugado y quienes lo siguen jugando, con más ganas que recursos, con más
enjundia en lugar de técnica futbolera, con el afán más de divertirse que de
hacer deporte.
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