La Estatua…
Una gran tragedia ocurrió hace algunos años en una casa en la colonia donde yo vivía.
La casa, junto con otras diez o doce del nuevo fraccionamiento, colindan con sus patios traseros con el viejo, lúgubre y abandonado Cementerio que, persistente sin ningún cambio en muchos muchos años, sigue estando en el cruce de dos modernas avenidas al norte de mi ciudad; pocas personas se imaginan actualmente que ese descuidado y olvidado terreno baldío es un Panteón antiguo con gente sepultada allí.
Se cuenta que, luego de un año difícil, el matrimonio que habitaba la casa planeó escaparse un fin de semana a una cabaña en la sierra, por lo que consiguieron una niñera para que cuidara a sus dos pequeños hijos durante esos días.
El matrimonio declaró después que dejaron la casa temprano en la mañana para aprovechar al máximo el corto tiempo vacacional.
Esa misma noche, recibieron una llamada telefónica de la niñera; ella les dijo que ya había acostado a dormir a los niños y que quería ver televisión, pero que el cable no funcionaba en la tele de la sala, entonces les pidió permiso para usar la tele de la recámara del matrimonio; a lo que ellos accedieron sin problemas.
Pero entonces la niñera les dijo cosas que al principio no comprendieron, y extrañados le pidieron que repitiera esas expresiones raras que ella les decía. La muchacha les dijo que ella no sabía que el señor se dedicaba al “Negocio de Panteones y Cementerios”, y les pidió permiso para cubrir con una sábana a la estatua del ángel aquel, ángel de una lápida de panteón que estaba justo afuera de la recámara del matrimonio. Ellos no entendían a que se refería la niñera, y le pidieron que aclarara esa rara situación. La chica les repitió que afuera de la recámara del matrimonio había una estatua de tamaño natural que la ponía muy nerviosa, por lo que quería cubrirla con una sábana o con algo. El señor le repitió que él no se dedicaba a ese negocio y que ellos no tenían ninguna estatua en la casa, y que no era gracioso que ella bromeara con algo así.
El señor, molesto, estaba esperando una respuesta coherente de la chica, cuando en ese momento escucharon a través del teléfono los espantosos gritos y alaridos de la niñera y de los niños y luego, silencio, silencio y escucharon algo como un resuello o una respiración de alguien que había tomado la bocina y luego la dejó colgando sin contestar a los llamados del señor pidiendo una explicación…
Cuando llegó la policía a la casa, alertada por el matrimonio, encontraron horriblemente desmembrados los cadáveres de los dos niños y de la chica niñera…
A pregunta expresa del señor, los policías extrañados respondieron que ninguna estatua fue encontrada en la escena del crimen…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario