Va la segunda parte de mis publicaciones en el Grupo de Facebook de Microrrelatos de todo tipo:
¿A dónde va uno cuando no quieres estar en ninguna parte?
A dónde...
...A uno mismo. Al centro de uno mismo. Justo allí. A buscar el encuentro con uno mismo.
Después de mucho vivírlo, sabemos que es bueno desconectarse, obvio si se sabe el camino de regreso...
Muchos caminos tiene la Vida, y en todas las seis direcciones: a la derecha, a la izquierda, hacia adelante, hacia atrás, para arriba y para abajo...
A menudo hay que ir a dónde La Música, a dónde La Literatura, a dónde La Escritura, a dónde El Dibujo, o a la instrospección...
Ten por seguro que al regreso, vas a volver enriquecido...
Gatitos...
Los estados de la materia son cuatro: líquido, sólido, gaseoso y Gato.
El Gato es un estado especial de la materia; si bien caben las dudas:
¿Es materia ésta voluptuosa contorsión?
¿No viene del cielo ésta manera de dormir?
Cuando el espíritu juega a ser materia, entonces se convierte en Gato...
Original de: Darío Jaramillo Agudelo.
Fama secreta
"-¿En serio eres famosa?"
"-Sí, se puede decir que sí lo soy..."
"-¡Vaya, vaya, vaya...! ¡Nunca me había acostado con una famosa...! -Dijo el tipo, mientras se ponía la camisa-.
"-Y sí que eres muy guapa... Y si tú eres famosa: ¿Por qué nunca había visto tu rostro...?
"-Digamos que tengo otro tipo de fama..." -Respondió la asesina en serie...
Primer Contacto
Humano: ¡Fallamos, fallamos como especie! El Planeta Tierra está muriendo y nosotros somos incapaces de salvarlo...
Alienígena: El Planeta Tierra se restaurará a si mismo. Ya lo ha hecho antes. Tu especie no...
Historia 'antiludiviana'
La Historia de la Humanidad cuenta que El Hombre cazaba animales de cuatro metros de alto y peso de tres toneladas. Y La Historia de éstos tiempos contará que ahora ese Hombre le tiene miedo y terror a una fierecilla de 1.53 metros...
La máquina del tiempo
Construí una máquina del tiempo y la usé para viajar al pasado y así ir matando a los tiranos y dictadores conocidos desde ayer a décadas pasadas.
Pero cuando regresé al presente y revisé todos los libros de Historia desde ayer a décadas pasadas, lo único que cambió fueron los nombres de los tiranos y dictadores que han asolado al mundo desde ayer a décadas pasadas...
El Destino Fatal de la Humanidad está escrito desde antes y para siempre.
El Destino Fatal de la Humanidad es la Extinción inevitable, sólo cambian los nombres de los ejecutores...
El gran cazador de leones
Cuentan los rancheros que un puma muy grande y feroz estaba diezmando el ganado tan valioso en esa apartada serranía.
Además, los rancheros tenían miedo de enfrentarse al puma que, narraban, era muy astuto y posiblemente había adquirido ya el gusto por la carne humana como su alimento.
Debido a que nada de eso podrían probar, no consiguieron ayuda de las autoridades. Tendrían que resolver el problema por ellos mismos.
Investigaron y consultaron por todos lados y dieron con un famoso cazador; el anuncio decía que tenía experiencia en caza de leones africanos y otras bestias depredadoras.
Lo llamaron y cuando llegó a la serranía, le platicaron todo lo que sabían del feroz puma.
El cazador escuchó todo con un puño sosteniendo su recia quijada remarcada por una barba de tonos azles, barba masculina de días; eso le daba aires de héroe y le permitía elevar el costo a su antojo.
El intrépido cazador estuvo pensando un plan de acción, estuvo revisando el terreno y los sitios donde había atacado el feroz puma.
Al fin avisó que tenía ya bien planeado su accionar. Del ganado victimado, escogió una cabeza de vaca y la piel completa del lomo vacuno para atraer al feroz felino y así poder dispararle de cerca y asegurar su caza.
Apenas asomó el Sol, salió el famoso cazador dentro de su disfraz completo de vaca gorda y saludable.
Al empezar a caer la tarde, los rancheros vieron a la distancia que el cazador venía de regreso. Asombrados miraron que venía visiblemente rengueando, con las piernas muy arqueadas, cubierto de polvo y lodo y con el cuerpo lleno de moretones y laceraciones visibles.
Pensaron que el famoso cazador se había enfrentado cuerpo a cuerpo con la bestia felina y esperaron hasta que trabajosamente se acercó a ellos para felicitarlo, pero llegando el famoso cazador al grupo de rancheros, les gritó hecho una furia:
“-¿Quién carajos dejó suelto al toro semental…? ¡Me llegó por detrás cuando no lo esperaba y miren cómo me dejó…!"
Tormenta en el puerto
La novia del marino encendió dos lámparas en la ventana de su casa para guiar el regreso del hombre amado en su travesía nocturna en el mar.
Vino la feroz tempestad y azotó con fuerza de huracán el villorio en el puerto.
El rugido del viento apagó las dos tenues y amarillentas lámparas de la casa de la novia del marino.
Todas las luces, lámparas y velas del puerto se apagaron con el furor de la tormenta marina.
La muchacha, entonces, se puso en la ventana que daba al mar, con el corazón lleno de angustia, pero con La Esperanza en su mirada. Sus ojos, agrandados por El Amor, trataban de traspasar la sombría inmensidad de lo oscuro de la insondable negrura de la tormenta.
Muchos marinos perecieron o se lastimaron aquella noche, sorprendidos por la inesperada tormenta. Sin una luz que les mostrara la seguridad de la orilla del puerto, estrellaron sus barcas en las rocas.
El novio de la muchacha, en cambio, llegó con bien al caserío…
“-¿Cómo, Oh amado mío, Cómo pudiste hallar la ruta segura al puerto…?” -Le preguntaba ella abrazándolo en éxtasis de felicidad-. “-Las dos lámparas que encendí en la ventana, se apagaron con la fuerza del viento…”
“-¿Se apagaron…? -Preguntó extrañado el joven marino, mirando los dos ojos verdes con tintes grises de su amada-.
“-En nuestra ventana miré claramente dos luces del color de tus ojos, que me guiaron todo el tiempo en la oscuridad hasta el puerto seguro…”
Sugar daddy
La “Chacha” le enseñó la fotografía de su novio a la patrona.
El tipo del retrato era un vejete barrigón, chaparro y bastante feo.
La “Chacha”, algo apenada, se quiso disculpar diciendo:
“-La foto no lo favorece patrona, desde este ángulo no se le mira la cartera…”
Generosidad
Frente al escaparate de La Agencia de Viajes, el ancianito y la ancianita, ambos de aspecto humilde, miraban con ojos extasiados el cartel publicitario que anunciaba un Crucero por el Mar Caribe.
Los miró desde su escritorio el dueño de la agencia y se conmovió profundamente.
Los hizo pasar a su oficina y les dijo, emocionado profundamente:
“-No pude menos que advertir la ilusión con que veían el anuncio del Crucero. Me recuerdan a mis padres, no hace mucho tiempo fallecidos ambos. Así que, en Memoria de ellos, quiero que me permitan obsequiarles dos boletos para que aborden ese Crucero, con todos los gastos pagados…”
En efecto, los viejecitos hicieron aquel viaje.
A su regreso, la ancianita fue a la agencia y le dio las gracias al generoso dueño, y le dijo:
“-Pero dígame, buen hombre…” -Le preguntó intrigada la ancianita-. “-¿Quién es, quién viene siendo el viejillo aquel con el que tuve que compartir mi camarote…?”
Microrrelato antiguo que no pierde actualidad
En clase, frente al grupo, el niñito relató la historia de sus padres:
“-Mi madre platíca que cuando miró a mi padre, se enamoró perdidamente de él, dice que aquello fue amor a primera vista…”
“-¡Qué emocionante y qué romántico Pepito…! -Se conmovió visiblemente la maestra, que estaba chapada a la antigua-. Y agregó, con voz igualmente emocionada:
“-¡Y estoy segura de que sigue enamorada de él…”
“-¡Quién sabe maestra…” -Dijo el niñito sin emoción-. “-Mi mamá platica que esa fue la primera y la última vez que lo trató, aunque de ese encuentro nací yo…”
Donde Quica la Chica
En mi barrio donde viví de joven, aquel situado enfrente de la estación del ferrocarril CH-P, había un famoso y muy concurrido prostíbulo; situado detrás del edificio de La Penitenciaría del Estado, aquel local sin nombre era simplemente conocido por todos como “donde Quica la Chica”.
Un trágico día, falleció de muerte natural una mujer que allí trabajaba desde hacía tiempo.
Después de los trámites legales de rigor, Quica, la “madama” de aquel lupanar, la llevó a sepultar al Panteón Municipal.
Quica iba acompañada de todas sus “muchachas” y de muchos clientes curiosos, chismosos y metiches, incluyendo al tipo que me narró esta historia.
Antes de bajar la modesta carta mortuoria a la tumba, Quica, muy conmovida por haber sido la difunta una de sus chicas preferidas, les dirigió unas emotivas palabras acerca de la fallecida:
“-¡Descanse en Paz mi amiga Chagua…! Ésta mujer fue la prosti más prosti que yo haya conocido hasta la fecha; la única de mis muchachas capaz de dar buena cuenta de más clientes que cualquiera de las otras chicas; también era de las más aguantadoras bebiendo alcohol y, según supe, le entraba a algunas drogas; en los pleitos, aunque poco frecuentes en nuestro local, no había quien le ganara a cachetada limpia; ella era más malhablada que albañil recién pagado, sabía más palabrotas que el maquilero promedio, alguna vez le oí mentarle la madre a su propia madre, y también ella…” -iba Quica a seguir enumerando las virtudes de la fallecida, pero una de sus muchachas soltó el llanto a grito abierto y entre sentidos sollozos dijo en voz alta:
“-¡Caramba, Caramba…!” -Dirigiéndose a los asistentes y a sus compañeras de la profesión más antigua de la humanidad:
“-¡Necesitas morirte para que digan de ti hartas cosas muy bonitas…!”
El misterioso color café de tus ojos (una remembranza intemporal…)
El pintor combinó el color sepia oscuro con el verde pardo del bosque recién llovido; agregó una pizca del amarillo que tomó prestado del brillante amanecer, sumó una pequeña manchita del negro semejante a la borrosa profundidad de la hojarasca y, de acuerdo a su fiel costumbre y educación alquimista, anotó todas las debidas proporciones obtenidas, en su amarillenta hoja de color del otoño, donde escribía los registros de sus actividades artísticas.
Mezcló, entonces, ésos oleos con la espátula en su paleta de colores, y trazó la pincelada sobre el lienzo, buscando igualar ése bello y escurridizo tono café que habitaba en la hermosa mirada de su amada.
Con el gesto muy marcado del entrecejo, el artista observó el resultado de los últimos trazos y mezclas de colores; ahora mirándolo desde diferentes ángulos, ahora moviendo el rústico caballete para captar tonos cambiantes de la luz del ambiente en su estudio; incluso acercó telas y textiles de diferentes tonos cafés, ocres, dorados y sepias, buscando que sus trazos y pinceladas contrastaran con los colores existentes del entorno.
El ocaso estaba ya a la vuelta de la esquina; el pintor trató de no representar su ansiedad por no poder acercar lo suficiente la similitud del color café trazado en el lienzo, con la realidad.
Conforme la oscuridad de la inminente llegada de la noche, una ligera sonrisa emergió en su rostro. Por fin comprendió que existen limitantes en la obra artística lograda y la realidad. Y se sintió afortunado de haber conocido ese color café en los ojos de quien en vida amó…
El remordimiento
El Espectro llega de noche, cuando todo en la casa está ya oscuro y en completo silencio.
Nada dice.
No habla.
Sólo se pone, solo, junto a la cabecera de la cama y mira fijamente a ese pobre hombre.
Todas las noches llega. Todas.
El Sueño no puede estar donde está él, por eso huye y permite la llegada del cruel Insomnio.
Y el pobre hombre queda desamparado ante El Espectro; sin poder dormir, con los ojos abiertos como un asesinado.
En vano ha pretendido hacer como si esa presencia no existiera.
Intenta orar, pero su oración es rechazada.
Así que no quiere tomar medicina alguna para dormir, porque teme que luego ya no pueda despertar.
Busca recordar cosas gratas de la vida, pero el recuerdo de las horas felices no acude a su llamado.
Quiere olvidar y el olvido tampoco viene.
Ése pobre hombre teme la llegada de la noche porque con ella llega El Fantasma.
Ése pobre hombre sufre mucho.
Ni siquiera sabe que su atormentador no es El Espectro, ni es el Insomnio y no es tampoco El Fantasma…
Es un angustiante Remordimiento…
Escena del crimen
Un apuesto joven, escoltado por cuatro guardias, toca a la puerta de la vivienda, y le pide a la guapa chica que atiende al llamado, muy atractiva ella, aunque su ropa sea de condición humilde, que se pruebe, que se calce la más hermosa de las zapatillas.
En cuanto observa que ésta le ajusta al pie perfectamente, la toma del brazo y le dice:
“-¡Queda usted arrestada…! ¡Ésta zapatilla fue encontrada en la escena del crimen!…”
Un Caballero
Un Verdadero Caballero sólo se va a levantar muy temprano en Domingo por dos posibles razones:
Se va a batir en un duelo al amanecer o…
Si va a mirar una carrera de F1…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario