Tomando un par de cervezas con unos antiguos amigos de las épocas de cuando éramos parte asidua de la clientela sabatina de las cantinas "El Sur de la Frontera" y "El Resbalón" y pues, entre otros, salió el tema de "Carlitos", el eterno borrachín del popular barrio que fue nuestro; fue, porque ya ninguno de los presentes vivimos allí actualmente.
La vida te lleva por diferentes e inescrutables derroteros dificiles de predecir, como difícil es encontrar el significado de la vida y de la tal palabreja "inescrutables".
Pero miro que me estoy apartando del hilo del relato original, ahora lo retomo...
Carlitos era el popular personaje omnipresente de la entonces concurrida colonia.
Era el referente de aquello que te decían tu padres: "Si sigues igual de parrandero, vas a acabar como Carlitos"
Recordamos varias anécdotas de tan peculiar persona, aquí algunas:
De la etapa de cuando Carlitos se paraba apoyado en el marco de la puerta de la iglesia "San Juan de los Lagos", sin entrar pero sin irse, con la complacencia del cura, porque a nadie le hacía daño, a fin de cuentas:
Un día el sacerdote le estaba pidiendo con vehemente acento a la clientela, digo a los parroquianos:
"-¡Hijos míos! ¡Den una limosna generosa para los hambrientos de la parroquia!..."
"-¿Y pa' los sedientos qué? -Les dice desde la entrada...
En una ocasión hubo misa de cuerpo presente de un señor que era amigo del sacerdote, y el padre estaba elogiando al que pasó a mejor vida; decía en su perorata frente al ataúd:
"-¡Por fuera era de seda, y por dentro de firme acero!..."
"-¡Huuu padre!... ¡Pos entonces padre, estás enterrando a un paraguas!
En una tarde de "testimonios", una mujer de todavía "buen ver" predicaba:
"-¡Apenas ayer estuve entregada al demonio y al mal, errores de la vida, pero hoy me encuentro en los amorosos brazos de nuestro Señor!..."
"-¡Y qué planes tenemos pa' mañana, mamacita!..." Dijo Carlitos desde el marco de la puerta de entrada, con las piernas cruzadas y los brazos en jarras, en pose de galancete.
En un sermón, el cura estaba agradeciendo a los parroquianos por el éxito de la pasada Feria para el Santo Patrón; y les dijo que ahora había dinero para hacer reparaciones a la iglesia y dar algo a los necesitados.
"-¡No, si cuando al Señor le da por dar, la cosa se pone a todo dar! ¿'Erdá padrecito?..." Les dice con su aguardentosa voz desde la entrada de la iglesia...
En un domingo, luego del sermón, el cura estaba felicitando a un matrimonio por su décimo aniversario de bodas, los acomodaron al frente y a sus familiares y a sus invitados y toda la cosa, y les estaba diciendo al micrófono:
"-Aunque aún no hayan llegado los hijos a este matrimonio: o por que el Señor no se los ha enviado, o por que no han llegado de París, o por que no los ha traido la cigüeña, o tal vez por que..."
"-¡A ver, a ver padrecito!" -Lo interrumpe Carlitos desde el marco de la puerta de entrada:
"-¡Si me dan unas monedas, yo les digo el método más efectivo para tenerlos a los hijos!..."
Una vez lo escuché cuando platicaba con el dueño de una tienda y le decía entre risas:
"-¡No mi buen, que va! ¡Si me encantan los rumores sobre mí; así me entero de cosas que ni yo sabía que había hecho o dicho!...
De vez en cuando decía cosas "sobrias" como ésta que le escuché una vez, cuando yo trabajaba en la farmacia del bario: "Los niños y los borrachos nunca decimos mentiras; en toda mi vida no recuerdo haber dicho más de dos mentiras; bueno, con ésta son tres..." La apunté en un libro que recién encontré, por eso me acordé de la frase...
Una sola vez supe que el padre si le pidió que se retirara de la entrada de la iglesia. Había boda esa noche y el señor era visiblemente más mayor que la novia. Para desgracia de Carlitos, dijo lo que dijo cuando de pronto la misa se puso en un momento silencioso, por lo que todos escucharon que habló en voz alta:
"-¡Huuu! ¡Casamiento a edad madura, cornamenta o sepultura!..."
Ésa también la anoté...
Nos platicó una vez Carlitos:
"-Gastas mucho en licor", que me dijo mi "Vieja" un día, cuando yo todavía tenía "Vieja" y yo que le contesté: "-¡Ah! Pos tú gastas mucho en maquillaje"... Y mi "Vieja" que me respondió: "-Pos el maquillaje lo necesito pa' verme bonita" Y que yo le contesté: "-¡Ah!" "-Pos el licor también yo lo necesito para verte bonita!..."
Ésta también la anoté en uno de mis libro que leía en aquellas épocas, porque Carlitos, como la mayoría de los borrachines, y no entiendo cómo, recordaba trozos de poesías o de coplas chistosas; ésta decía como la escribí en una contraportada:
"A una monjita busqué yo
Por tener un Amor bendito...
La monjita se condenó
y yo, por poquititito!..."
Y ésta otra copla (o maldición por lo fuerte), desconozco de dónde la sacó, y no recuerdo porqué la dijo, pero fue dicha por Carlitos un jueves de dominó en la conocida Cantina "El Resbalón" que estaba en la bajada de la calle 20 rumbo a la calle Primera de Mayo, cerca del templo de Santa Rita:
"-¡Demonio! Hijo de perra, tratante, ¡mal bribón!
Si tienes, como el hombre un par de cosas,
sal de tu escondite y ven aquí, ¡aquí al Resbalón!
Y finalmente, nos acordamos de cuando Carlitos nos platicó, en uno de esos pocos ratos de sobrio, de cómo fue que había agarrado esa perdida vida de teporocho borrachín consuetudinario, ahora se les llama "bebedores sociales" pero siguen siendo borrachines.
Entonces se puso serio y una mirada de nostalgia apareció en sus ojos, que es donde generalmente aparecen las miradas de nostalgia, y nos contó su historia:
"-Aquella vez me corrió mi "Vieja" de la casa; cuando regresé unos días después, ya se había ido y ya nunca más la volví a ver... de éso ya hace mucho, muchos años..."
"-Y entonces te 'hicites' teporocho ¿No?..." -le preguntó un amigo.
"-¡Que va! Ya lo era, pero en temporadas regresaba a la casa y varias veces intenté recuperar mi vida normal, pero nunca lo logré. Yo todavía tenía esperanzas de estar bien con mi "Vieja" pero esa vez que me corrió si la regué feo, muy feo..."
"-¡A caray! ¿Pos qué pasó esa vez? -pregunta otro amigo.
"-Ya llevaba un tiempo sin tomar, la verdad, pero de nuevo me agarré una gran parranda esa noche; y cuando desperté a la mañana siguiente, me ví en la cama en compañía de una mujer. Le dije: "¡Anda Mujer! Revísame muy bien a ver si no me 'dejates' huellas de chupetones. Ando quedando bien de nuevo con la Bruja de mi "pobre Vieja fea" y no quiero que se dé cuenta de que me acosté contigo..."
"-¡Borracho Infeliz Estúpido Desgraciado Animal! -Así me gritó, y muchas más cosas- ¡Yo soy tu Bruja Pobre Vieja Fea! ¡Estás -estabas- en tu casa! ¡Ahora lárgate desdichado!"
"-Y me corrió y ya nunca la volví a ver..."
No supimos qué fue finalmente de mi Carlitos, de un día al otro, todos los muchachos que nos juntábamos en esos antros, nos separamos, cada quien tomó su vida y raramente nos volvimos a juntar...
Solo espero que no haya sufrido ya mucho más de lo que a diario sufría y nunca lo dijo... Así es la vida, Así es la vida...
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