Pa' llá voy...
Ésta publicación contiene narraciones y poemas y otras cosas acerca de los Gatos.
Relatos de toda clase que hablan de los lindos michis que tan bien se han domesticado para hacerle una tan necesaria compañía a nuestra sufrida humanidad.
Ya en Octubre del 2014 había publicado un relato que se llama "Ojos de Gato", aquí copio el link para, si le das click con el mouse derecho, lo abra en otra pestaña y puedas leerlo:
En Octubre del 2015 publiqué el relato "Obsesión", que puedes leer en éste enlace:
http://trozosdevidadisecados.blogspot.com/2015/10/obsesion.html
Terror, pero ocurre en la realidad... Artu López de la Rosa:
Me estaba quedando dormido en el sofá viendo televisión; mi mano colgada cerca del piso. Sentí que mi linda gatita gris atigrada la tocó con su patita y comenzó a lamerla con su lengua áspera como lija, a veces lo hace. Dí vuelta y ví que mi linda gatita estaba dormida cerca de mis pies. Me quedé paralizado por el terror. Subí lentamente mi mano al sofá, todos los vellos de mi brazo estaban erizados, mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. Horrorizado me armé de valor para mirar bajo el sofá. Y allí estaba acurrucado otro gato, uno grande, callejero, gris oscuro y de enormes ojos verde-amarillos. Miré hacia la puerta del patio y ví que ésta estaba semi abierta, por allí entró ese otro gato gris ceniza. Pero el ancestral temor infantil del monstruo debajo de la cama se realizó por un momento, un leve momento que a mí me pareció eterno...
"Luna": la gatita rescatada por mi hija Fátima, estaba en muy mal estado, pero con cuidados, alimentos y cariño, se puso muy muy bonita...
Igual con "Nirvana", también rescatada por mi hija Fátima; de muy maltratada, ya está bien de bonita...
En Abril del 2019, publiqué ésta anécdota de mi Fatimita involucrando un gatito:
Anécdota con Fátima:
Un día, cuando los niños estaban pequeños, uno de los primeros gatos que tuvimos huyó de casa, desapareció de un día a otro; ya no regresó por la comida que le dábamos Fátima y yo en las mañanas. Yo sabía que ya estaba grande de edad y recordé que cuando yo era niño, alguien nos contó que los gatos huían de casa para morir si llegaban a viejitos. Tenía que explicárselo a Fátima, pero no hallaba cómo, y ella ya estaba preguntando por su repentina ausencia. Una tarde de regreso a casa, veníamos de comprar elotes del parque, justo afuera de nuestra puerta estaba un gatito pequeño igualito al gato desaparecido.
Fátima me dijo asombrada y muy emocionada: -¡Pá mira, es el gato que se fué pero ahora es pequeñito! ¡Ha regresado convertido en un gatito chiquito; claro, como los gatos tienen 7 vidas!
Y me puse a pensar; ¿Qué tal si de verdad los gatos tienen 7 o 9 vidas y si son queridos y bien cuidados, regresan cada vez con sus dueños para vivir juntos una nueva vida?
Un día, cuando los niños estaban pequeños, uno de los primeros gatos que tuvimos huyó de casa, desapareció de un día a otro; ya no regresó por la comida que le dábamos Fátima y yo en las mañanas. Yo sabía que ya estaba grande de edad y recordé que cuando yo era niño, alguien nos contó que los gatos huían de casa para morir si llegaban a viejitos. Tenía que explicárselo a Fátima, pero no hallaba cómo, y ella ya estaba preguntando por su repentina ausencia. Una tarde de regreso a casa, veníamos de comprar elotes del parque, justo afuera de nuestra puerta estaba un gatito pequeño igualito al gato desaparecido.
Fátima me dijo asombrada y muy emocionada: -¡Pá mira, es el gato que se fué pero ahora es pequeñito! ¡Ha regresado convertido en un gatito chiquito; claro, como los gatos tienen 7 vidas!
Y me puse a pensar; ¿Qué tal si de verdad los gatos tienen 7 o 9 vidas y si son queridos y bien cuidados, regresan cada vez con sus dueños para vivir juntos una nueva vida?
Y en Marzo del 2020 publiqué la "Oda al Gato" de Pablo Neruda:
Y en Agosto del 2019 le dí la bienvenida a nuestra gatita "Lunita":
http://trozosdevidadisecados.blogspot.com/2019/08/la-mascota-muerta-y-el-miedo-la-muerte.html
Ahora les platico otros relatos de Gatos...
...Ya es parte de mi familia,
y si ésto es causa de burla,
(al no tener sentimientos
quizá alguien se confunda),
hoy quiero poner en claro
que la verdad es solo una:
mi gato ganó con creces
su derecho a mi ternura.
Cuando busca compañía
su airoso andar apresura,
y mientras viene a mi encuentro
parece que me saluda
con un quejido mimoso
que me embriaga de dulzura.
Pero si quiere estar solo,
se va sin ninguna duda
y aunque lo llame y le ruegue
ya no es posible que acuda.
Si se enferma ¡Pobrecito!
su independencia no dura,
sus ojitos lastimeros
me miran pidiendo ayuda.
¿Que es hipócrita y astuto?
¡Palabras crueles y absurdas!
¡Destierren esos conceptos!
¡Creencias vanas y oscuras!
¿Que es quizá algo egoísta?
no pongo objeción alguna,
pero es porque siente celos
como toda criatura.
En su inocencia no entiende
que la verdad sólo es una:
¡mi gato ganó con creces
su derecho a mi ternura!
Los Estados de la Materia son cuatro: Líquido, Sólido, Gaseoso y Gato. Es Gato es un estado especial de la materia; si bien caben las dudas: ¿Es materia ésta voluptuosa contorsión? ¿No viene del cielo esta manera de dormir? Y éste silencio, ¿Acaso no procede de un lugar sin tiempo? Cuando el espíritu juega a ser materia, entonces se convierte en Gato...
Aletargados en perpetua siesta, después de inconfesables andanzas nocturnas, desentendidos o alertas, los gatos están en la casa para ser consentidos, para dejarse amar indiferentes. Los dioses hicieron a los gatos para que los hombres y mujeres aprendan a estar solos.
Hablando de gatos: Uno nunca posee un gato. Uno tiene permiso para estar en la vida de un gato; lo cual, por supuesto, es un privilegio para uno; para el gato con que lo alimentes es suficientes... Beryl Reid.
Yo te pido por favor, que cuides a mis gatitos,
éste y todos los días con amor.
Defiéndelos de quien pudiera hacerles un mal.
Mantenlos en casa, libres de cualquier peligro y tormenta fatal.
Dame sabiduría para saber cómo atenderlos correctamente.
Y te pido que me llenes de fuerza para nunca gritarles directamente.
Y, Gertrudis, tengo una última petición:
Protege a mis alfombras de su pipí y de sus garras a mi sillón...
"I am a grown woman, and I do what I want, I mean, my cats want..."
"Soy una mujer adulta, y hago lo que quiero, quiero decir, lo que mis gatos quieran..."
Lo pondría en una camiseta:
"You don´t get to tell me what to do. You're not my cats..."
"No puedes decirme que hacer. Tú no eres mis gatos..."
Lo pondría en una camiseta:
"Behind every strong woman, is her cats..."
"Detrás de cada mujer fuerte, están sus gatos..."
Lo pondría en una camiseta:
"Hugging my cats is cheaper than any theraphy..."
"Abrazar a mis gatos es más barato que cualquier terapia..."
Los animales fueron imperfectos, largos de cola, tristes de cabeza.
Poco a poco se fueron componiendo, haciéndose paisaje, adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El Gato, sólo el Gato apareció completo y orgulloso: nació completamente terminado, camina sólo y sabe lo que quiere.
El Hombre quiere ser pescado y pájaro; la serpiente quisiera tener alas; el perro es un león desorientado; el ingeniero quiere ser poeta, la mosca estudia para golondrina, el poeta trata de imitar a la mosca.
Pero el Gato quiere ser sólo Gato. Y todo Gato es Gato desde el bigote a la cola, desde el presentimiento a la rata viva, desde la noche hasta sus ojos de Oro..."
No hay unidad como él, no tienen la luna ni la flor tal contextura: es una sola cosa como el sol o el topacio, y la elástica línea en su contorno firme y sutil es como la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos dejaron una sola ranura para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño emperador sin orbe, conquistador sin patria, mínimo tigre de salón, nupcial sultán del cielo de las tejas eróticas, el viento del amor en la intemperie, reclamas
cuando pasas y posas cuatro pies delicados en el suelo, oliendo, desconfiando de todo lo terrestre, porque todo es inmundo para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente de la casa, arrogante vestigio de la noche, perezoso, gimnástico y ajeno, profundísimo Gato, policía secreta de las habitaciones, insignia de un desaparecido terciopelo, seguramente no hay enigma en tu manera, tal vez no eres misterio, todo el mundo te sabe y perteneces al habitante menos misterioso, tal vez todos lo creen, todos se creen dueños, propietarios, tíos de Gatos, compañeros, colegas, discípulos o amigos de su Gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago, el mar y la ciudad incalculable, la botánica, el gineceo con sus extravíos, el por y el menos de la matemática, los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo, la bondad ignorada del bombero, el atavismo azul del sacerdote, pero no puedo descifrar un Gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia, sus ojos tienen números de oro.
Poco a poco se fueron componiendo, haciéndose paisaje, adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El Gato, sólo el Gato apareció completo y orgulloso: nació completamente terminado, camina sólo y sabe lo que quiere.
El Hombre quiere ser pescado y pájaro; la serpiente quisiera tener alas; el perro es un león desorientado; el ingeniero quiere ser poeta, la mosca estudia para golondrina, el poeta trata de imitar a la mosca.
Pero el Gato quiere ser sólo Gato. Y todo Gato es Gato desde el bigote a la cola, desde el presentimiento a la rata viva, desde la noche hasta sus ojos de Oro..."
No hay unidad como él, no tienen la luna ni la flor tal contextura: es una sola cosa como el sol o el topacio, y la elástica línea en su contorno firme y sutil es como la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos dejaron una sola ranura para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño emperador sin orbe, conquistador sin patria, mínimo tigre de salón, nupcial sultán del cielo de las tejas eróticas, el viento del amor en la intemperie, reclamas
cuando pasas y posas cuatro pies delicados en el suelo, oliendo, desconfiando de todo lo terrestre, porque todo es inmundo para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente de la casa, arrogante vestigio de la noche, perezoso, gimnástico y ajeno, profundísimo Gato, policía secreta de las habitaciones, insignia de un desaparecido terciopelo, seguramente no hay enigma en tu manera, tal vez no eres misterio, todo el mundo te sabe y perteneces al habitante menos misterioso, tal vez todos lo creen, todos se creen dueños, propietarios, tíos de Gatos, compañeros, colegas, discípulos o amigos de su Gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago, el mar y la ciudad incalculable, la botánica, el gineceo con sus extravíos, el por y el menos de la matemática, los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo, la bondad ignorada del bombero, el atavismo azul del sacerdote, pero no puedo descifrar un Gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia, sus ojos tienen números de oro.
Gato, venerado desde la antiguedad: (Catón):
Éste Gato me mira como los gatos miran: con displicencia y altivez.
No soy su dueño: nadie es dueño de un Gato.
Los gatos son monarcas que tienen a los hombres -y a las mujeres- por vasallos a quienes hacen el favor de darles compañía.
Un Gato siempre es libre. Cualquier intento de reducirlo a servidumbre resultará frustrado.
El Gato nos ha hecho creer que es un animal doméstico, pero no lo es.
Aunque esté en la sala, el Gato seguirá estando en la selva, como un pequeño tigre.
Todo nos pedirá, y a cambio nos dará a lo más su ronroneo.
Éste Gato que ahora me está viendo, es demasiado inteligente para mí.
A un Perro lo puedo entender. A un Gato no... El Perro es mío, el Gato jamás será de alguien, aunque parezca que lo es.
El Gato es un misterio indescifrable.
Cuando me mira, siento que sabe lo que soy.
¡Qué piensas de mí, Gato?...
No, mejor no me lo digas...
El Gato camina por el salón, meneando la cola con elegancia, orgulloso de su pelaje reluciente.
A lo lejos ve a la dulce Karen y se le acerca con un trote delicado y a la vez alegre.
Al llegar a Karen, mueve los bigotes a modo de saludo y luego da un animado salto para acurrucarse en su regazo.
Los demás ancianos del asilo miran a Karen con los ojos muy abiertos y con la boca reseca, mientras Karen, la anciana elegida, empieza a tragar saliva.
Ahora saben que ella es la próxima en morir. Ese maldito Gato nunca se equivoca cuando escoge a alguien...
"-Ésta Gata salió muy buena Madre." -Digo cuando veo que la Gatita cremita tuvo otra camada de tres gatitos: uno negro, uno cremita como ella y otro atigrado gris...
"-O más bien salió muy... promiscua... por el variado color de sus pequeños gatitos..."
La Gata los tuvo en un rincón junto a la lavadora de ropa, en medio de una gran tormenta nocturna. Y allí los alimentó y los cuidó hasta que tuvieron edad de conocer el mundo.
La Madre Gatita entonces los sacó de allí e hizo su presentación en sociedad; o sea los trajo a la luz del sol en el patio para que los viéramos y los conociéramos...
Un día mi perrito Hachiberto ve a los gatitos y se sale de la cocina al patio y va hacia ellos, curioso.
Pero de no sé de donde sale la Gata Madre y se le enfrenta, defendiendo a sus crías...
Erizada, hecha arco, rebufa y lo amenaza de muerte con garras y colmillos muy filosos.
El perrito, asustado, corre a esconderse detrás mío, con el rabo entre las patas y el terror reflejado en sus ojos... Y, ante ésto, yo digo, impresionado:
"-¡Vaya que es cierto!... Ésta Gata salió muy buena Madre..."