martes, 1 de junio de 2010

inicio




...iniciar cualquier cosa es siempre emocionante, vigorizante, desafiante...

¿Qué tantas cosas inicia uno durante toda una vida?
¿Cuántas cosas uno deja a la mitad? ¿Cuántas cosas uno puede terminar?...
Veremos hasta dónde puedo llevar ésto, que nunca he escrito en un blog y estoy en la tarea de aprender a usarlo, espero avanzar y hacer la curva de aprendizaje lo menos larga posible.

Pero, ¿de qué va la cosa? pues de lo que se me vaya ocurriendo: cosas de tiempos pasados, sucesos actuales, sueños para el futuro; pienso criticar cosas que compro (que bien es mi derecho y que viene incluido en el precio de compra) como: música, libros, revistas, películas.
No pretendo ser original ni mucho menos, en mis escritos hay mil influencias, mil fuentes, mil sitios comunes y puede parecer que mis entradas sean copia "adaptada o pirateada" de otros lares; es posible, como lo comento, no pretendo ser original ni mucho menos.
Había ya compartido algunos escritos y algo de música con un reducido pero fiel grupo de seguidores en mi lugar de trabajo, espero seguir por el mismo estilo.

¿Que por qué tantos angelitos? solamente porque le gustan a mi hija Fátima, sobre todo los de Rafael y los de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, los que están leyendo es un detalle del cuadro de Giovan Battista di Jacopo.

¿Qué por qué el nombrecito "…trozos de vida disecados..."?
Bueno, se me ocurrió cuando leí un discurso que don Porfirio Muñoz Ledo expresó en el Palacio de Lecumberri en marzo del 2009; personaje éste con quien, por cierto, sería lo único que comparto, pues he visto algunos de sus programas de opinión en la tele canal 34 TV Mexiquense y, salvo una vez que invitó a otro don, a don Jorge Saldaña, no me ha parecido el tal programa con contenido rescatable.
Pero como a fin de cuentas, le tomé prestada la frase, como cortesía le reproduzco el párrafo de donde tomé el título de éste blog, es de cuando entregó su acervo personal al Archivo General de la Nación, luego de 50 años de trabajo en la función pública; así lo expresó el Don:

...aquí yacen trozos de vida disecados que narran una terca esperanza. Piedras sueltas de un edificio por levantar y planos de una nervuda imaginaria. Vislumbres dispersos, entretejidos y todavía palpitantes de nuestro proyecto esencial: la construcción de una nueva república. En tal designio estoy comprometido hasta el tuétano...

Ya el resto del tal discurso es paja sin sustancia de valor rescatable, como ha sido y es su costumbre política.
Fue de cuando (imaginariamente, claro) creían él y AMLO y demás camarilla del “PRD” que podrían construir una república imaginaria donde todo fuera como su imaginación lo imaginaba; o sea donde todo el país funcionara como un imaginario aparato socialista muy diferente al estado político y social actual, pero muy real, de la nación; de solo imaginarme como sería un país gobernado por ellos, mejor prefiero dejar escapar mi imaginación y refugiarme en éste espacio donde ahora escribo.
Así que espero guste algo de lo aquí escrito; lectura que debe ser breve, fácil de leer, digerible y amena.