Anécdota descripción: Relato breve de un hecho curioso, real y divertido...
Yo he utilizado este recurso literario para contar sucesos donde mis hijos o los familiares cercanos son los protagonistas.
Las he estado escribiendo conforme los niños han ido creciendo; los he escrito durante años en diarios o cuadernos, a mano, desde que nacieron mis hijos, hasta la fecha actual contemporánea.
Yo he utilizado este recurso literario para contar sucesos donde mis hijos o los familiares cercanos son los protagonistas.
Las he estado escribiendo conforme los niños han ido creciendo; los he escrito durante años en diarios o cuadernos, a mano, desde que nacieron mis hijos, hasta la fecha actual contemporánea.
En ésta foto pongo dos de mis diarios donde he escrito estas anécdotas, anotaciones personales y bosquejos de las narraciones que he venido publicando en mi Blog que se llama:
https://trozosdevidadisecados.blogspot.com/
Aquí debo hacer una pausa, para contarles algo que hace poco tiempo, descubrimos:
Resulta que mi hermana Patricia, vivió con mi Madre los últimos años hasta que en Noviembre del 2014, mi Madre de 92 años, falleció...
Dice mi hermana que aún tenía cosas propiedad de mi Madre que no había revisado y, en una de esas recientes revisiones, encontró cosas muy interesantes; como por ejemplo unas bolsas de plástico con muchas monedas antiguas que mis sobrinos Samantha y Rodrigo, nietos de mi hermana Pato, llaman "El Tesoro de su Bis Abuela doña Licha..."
También encontraron un "Diario" donde mi Madre escribía sus Cosas, cosas como ella lo anotó en la contraportada del "Diario":
"Vivencias, Canciones, Fragmentos, Poesía, y algo más..."
Mayo 15 1990
Licha de la Rosa de López
Entonces mi hermana me llamó y me dijo que la visitara, y me enseño y entregó el "Diario" de mi Madre, conociendo así que ambos, Madre e Hijo, coincidíamos en esa actividad, escribir en "Diarios"...
Para Mí, una Bella coincidencia con mi Madre...
Ahora van las narraciones de las Anécdotas:
Anécdota con Marianita:
Mientras yo vaciaba una bolsa de Azúcar en un frasco para guardarlo en la alacena, miré que la Marianita chiquita estaba de puntitas tratando de alcanzar algo de la mesa de la cocina.
Yo con las manos ocupadas, sólo le pregunté:
"-Mi Amor, espérame ahorita te ayudo... ¿Qué necesitas ahorita mismo...?"
Y con gran esfuerzo por estirarse y alcanzar lo que quería de la mesa, me dice:
"-¡Uf...! ¡Uf...! ¡Pos ahorita lo que necesito ahorita mismo es Crecer un Poquito...!"
Y yo pensé para mis adentros: "-¡Ojalá no crecieras tan rápido, no tan de prisa...!"
Anécdota con los niños:
Íbamos todos una tarde de Sábado, a las hamburguesas donde había juegos y alberca de pelotas y otras delicias para los niños.
Al llegar a un semáforo, una de las niñas me advirtió, gritando con su linda vocecita:
"-¡Oyes Apá, baja la velocidad porque el Color Verde ya está cambiando al Color Naranja...!"
Y completa la otra niña, también gritando con su bella vocecita:
"-¡Y luego ya se va a poner el Color Rojo Rojo Rojo...!
Y entonces Sebastián chiquito pregunta muy serio:
"-¡Oyes Apá...! ¿Y cómo le hacían cuando tú estabas chiquito y los semáforos eran sólo en Colores Blanco y Negro...?"
Anécdota con las Niñas:
Un día llegamos al estacionamiento del Supermercado, y tuvimos que dar varias vueltas porque estaban llenos los espacios, había muchos clientes. Al llegar al área donde se dejan los carritos de compra vacíos, salió un carro y pude, con suerte, estacionarme allí.
Entonces vimos que un joven y un señor adulto mayor se estaban peleando por el único carrito vacío que estaba allí. Con gran sorpresa vimos como cada uno tiraba de su carrito con una fuerza que hacía fruncir sus caras con verdadera furia.
Les dije a las niñas que me esperaran, que iba a ver porqué el joven trataba así al señor mayor, quien tampoco se dejaba y jalaba del carrito como podía con su obvia menor fuerza.
Me bajé y fui directamente y agitando mis manos gritando:
"-Qué pasa qué pasa... Hey Hey...!"
Justo en ese momento, mágicamente, el mentado carrito se dividió a la mitad y con un último jalón, cada quien se quedó con un carrito completo... ambos a risa y risa viéndome llegar y el señor mayor le dijo al joven:
"-¡Gracias jovenazo por ayudarme a separar éstos #%$@!!! carritos... por fin se pudo...!"
El jovenazo también carcajeándose, saludó con su mano y dijo:
"-De nada don, si se pudo..." -Y agregó, dirigiéndose a mi: "-Ahora espera a que llegue un carrito vacío para tí mi buen, o dos pegados..."
Y ambos se dirigieron al interior del Supermercado...
Sentí que mis niñas se acercaron, y tomándome cada una de la mano me dijo una de ellas:
"-¿Ya vez Apá...? Primero investiga que pasa antes de ser agresivo, algún día te puedes meter en un lío feo..."
"-Sabias palabras mi Amor, muy sabias palabras..."
Anécdota con la Marianita:
Fui por las niñas a la primaria. A la salida, la Maestra Rosa (conocida de la familia), entre risas me platicó que la Marianita había estado más platicadora que de costumbre.
Entonces le llamó la atención y le dijo:
"-¡Marianita...! ¡Si no paras de platicar tanto, voy a tener que mandar llamar a tu Abue doña Socorrito...!"
Y Marianita, haciendo un gesto le contestó:
"-¡Huy Maestra Rosa...! ¡Ni sabe...! ¡Mi Abue Socorrito platica mucho más que yo...!
Anécdota con Fatimita:
Un día las niñas chiquitas se enteraron de que su Mamita iba a tener un bebé y estuvieron muy atentas a los acontecimientos.
Fatimita tendría 3 años y cacho y Marianita un año menos, pero estaban muy alertas.
El pediatra nos dijo que el bebé nacería a fines de Marzo. Entonces la Fatimita nos dijo, muy segura de su conocimiento:
"-Yo sé cuando va a nacer el bebé..."
Todos sorprendidos, preguntamos que cuándo iba a ser el nacimiento.
"-¡Pues el bebé va a nacer el Día de su Cumpleaños...! ¡Como Arturo y Mariana y yo...!
Anécdota con las Niñas:
Caminando cerca de la Escuela Primaria Bocanegra, Fatimita ya casi aprendía a leer y Marianita apenas estaba empezando.
Marianita dijo, señalando un letrero en la puerta de una casa: "-¿Qué dice ese letrero...?"
Fatimita lo lee: "-Dice: ¡CUIDADO CON EL PERRO...!"
Marianita se asusta: "-¡Uh qué miedo...!"
Más adelante, ya más cerca de la escuela, Marianita señala otro letrero: "-¿Qué dice ese otro letrero...?"
Fatimita lo lee: "-Dice: ¡CUIDADO, NIÑOS PEQUEÑOS CAMINANDO...!"
Marianita se da una palmada en la frente y dice: "-¡Por favor...! ¿Quién va a tenerle miedo a unos niños pequeños caminando...? ¡Ach...!"
Anécdota con la Marianita:
Llegó la edad en la que los niños y las niñas del salón, casi todos, mudan de dientes.
Y pues se corrió el rumor entre ellos, de la existencia del "Ratón de los Dientes"; que, puestos bajo la almohada, cambiaba el diente caído por una moneda.
Un día que fuí a la escuela por las niñas, Marianita me dice, muy seria:
"-¡Oyes Apá...! ¿Tú eres el Ratón de los Dientes...! ¿Verdad...!"
Entonces yo viendo que varios compañeritos y compañeritas del salón se miraban que les faltaban dientes frontales, supuse que el "Chisme" se había descubierto... Así que admití que yo era el tal "Ratón de los Dientes" y yo cambiaba dientecitos puestos debajo de la almohada por monedas... Y de pronto Marianita se detiene y mirándome fijamente, muy seria me dice:
"-¿Y cómo le hicistes para entrar en las casas de Andreita, de Raulito, de Alexandra y de los demás para cambiarles sus dientecitos por monedas...?"