...carpe diem, quam minimum credula postero... ...un sincero intento por escribir acerca de cosas personales, de mis gustos musicales, de lo que véo, de lo que léo, de lo que escucho y de lo que vivo... artu lópez de la rosa...
lunes, 31 de octubre de 2016
Historias Cortas de Terror (segunda terrorífica parte)
En Noviembre del 2015 publiqué varias Historias Cortas de Terror; aquí pongo el vínculo para que te vayas directo http://trozosdevidadisecados.blogspot.mx/2015_11_01_archive.html y algunas otras se quedaron esperando espacio de publicación, ojalá ahora también las disfrutes; ¿Las Aguantas?
"Mientras lo arropaba y le daba las buenas noches, como lo hacía cada noche, mi hijo me dijo suplicando, “Papi, mira debajo de la cama por si hay monstruos, ¿Si?”
Meneando mi cabeza decidí complacerlo y me asomé, pero bajo la cama solo encontré a mi hijo en un rincón y que temblando me susurraba: “Papi, hay algo en mi cama”.
Como crecí rodeado de perros y gatos, estaba acostumbrado a escuchar rasguños y gruñidos en mi puerta mientras dormía. Ahora que vivo solo en este moderno departamento, en este moderno edificio, de esta moderna ciudad, no consigo conciliar el sueño porque sigo escuchando rasguños y gruñidos en mi puerta mientras duermo.
La niña escuchó que su madre la llamaba desde el sótano, y se dispuso a bajar para ver que quería.
Llegando a las escaleras, su madre tiró de ella mientras le dijo, “Llama a la policía, yo también lo he escuchado”
Me despertó el ruido del monitor de la cuna del bebé. Mi único hijo lloraba mientras una voz femenina le cantaba quedito para calmarlo. Estiré mi brazo para coger el aparato y escuchar mejor, cuando rocé el cuerpo de mi esposa, durmiendo a mi lado.
“No puedo dormir”, me susurró mientras se metía en la cama conmigo y me abrazaba. Me desperté sobresaltado, abrazando el vestido con el que fue enterrada.
Después de luchar desesperadamente para dar indicios de vida y alertar a los médicos de que yo estaba todavía con vida, una enfermera se volvió a mirarme y vió el brillo en mis ojos; pensé que estaba salvado, pero la enfermera sonrió maliciosamente y me guiñó un ojo mientras decía: “Todo listo para la extracción de órganos doctor. Proceda con la primera incisión…”
“¡Maldito idiota!” Gritaba mientras aquel hombre me ataba sobre las viejas vías del tren, “¡¿Que no sabes que esta línea lleva años abandonada?!” “Por supuesto que lo sé”, dijo alejándose, “ Ya nadie viene por este lugar desde hace meses…”
Una cara sonriente me observaba entre las sombras del exterior de la ventana de mi dormitorio.
Vivo en un piso 14. Ahora que lo pienso, no recuerdo haber visto nunca un piso 13.
Tras apuñalarme, el asesino escapó, y yo me arrastré hasta el teléfono para pedir ayuda.
Empapado en sudor, desperté de mi pesadilla mientras el teléfono sonaba incesantemente. Lo descolgué y me oí a mi mismo jadear pidiendo auxilio hasta la muerte.
Todas las noches mi madre me arropa y me da un beso de buenas noches.
Después comienza a llorar amargamente mientras se pregunta en voz alta por qué tuve que morir tan chico.
No concilié el sueño fácilmente, los retratos de aquella habitación del hotel parecían mirarme muy fijamente. Cuando desperté al día siguiente vi con horror, que la habitación no tenía cuadros, solo ventanas.
-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.
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