Tercera entrega de mis microrrelatos publicados en la Página de Facebook "Microrrelatos de todo tipo"
Funeral de taxistas:
Mi padre era taxista.
En la década de los 70´s, había en la ciudad una especie de hermandad de taxistas, desconozco si actualmente sigue esta confraternidad, debido a que los taxis de plataforma por internet, casi han acabado con los taxis convencionales que uno podía fácilmente identificar por sus colores, la palabra TAXI bien grande en sus puertas y el anuncio encendido en el techo del vehículo; al menos en mi ciudad, quedan pocos “Sitios de Taxi”.
En aquellos tiempos, había grupos de amigos colegas taxistas que se reunían en bares a platicar sobre lo que ocurría en sus diferentes turnos de trabajo. Había taxistas que trabajaban de día y también había quienes trabajaban toda la noche hasta el amanecer. Mi padre trabajó en temporadas en los dos turnos; un tiempo de día y un tiempo después en el turno de noche, cuando dormía en casa durante el día.
A veces él me llevaba en su taxi a lugares a donde no debería ir un niño de mi edad; a un bar, por ejemplo, o a acompañarlo a otras reuniones de taxistas, como a velar a un amigo fallecido.
Cuando yo tenía 8 o 9 años, me llevó a que lo acompañara a un velorio de uno de sus compañeros taxistas.
Yo no conocía al tal señor difunto.
Al llegar a la sala de velación, yo tomé asiento en una silla que estaba justo a la entrada, alejado del ataúd a donde iban las personas a ver al difunto. Miraban al cadáver un rato, luego murmuraban algunas palabras inaudibles de despedida, y luego se alejaban a seguir platicando entre ellos o a darles “el sentido pésame” a los familiares del fallecido.
Mi padre estuvo en los asientos de frente al féretro platicando con sus amigos, y yo permanecí sentado en la silla de la entrada, por un buen rato; yo la verdad no quería acercarme a la caja del muerto.
De pronto se acercó a mí un hombre de una edad parecida a la de mi padre, por lo que yo lo tomé como a uno de sus amigos o compañeros taxistas. El hombre me saludó y me preguntó que si yo era hijo de “Toño” (mi padre se llamaba Antonio, su diminutivo es “Toño”); le dije que sí y entonces el hombre me dijo algo así como lo siguiente, que luego yo anoté en un cuaderno para no olvidarlo porque de inmediato me pareció interesante lo que me comentó:
“-Muchacho, aprovecha bien tu vida, toda tu vida, aún tu vida de adulto; siempre persigue tus sueños, prepárate a diario desde ahora para cuando llegue tu vida adulta; y aunque crezcas demasiado aprisa, procura ser lo más feliz que puedas y vive plenamente el día a día como si fueras a morir mañana…”
Luego me alborotó el cabello y me palmeó en el hombro y se retiró de allí.
Al rato ya para irnos, mi padre me dijo que lo acompañara a despedirse de su amigo fallecido.
Yo la verdad no quería ver a un cadáver, pero mi padre insistió y me dijo que yo ya era grande y que su amigo se merecía una despedida de todos los asistentes.
Así que me sentí obligado a mirarlo.
Pero cuando lo ví, me asusté como nunca antes me había asustado en mi vida.
El amigo muerto de mi padre era el mismo hombre que me habló cuando yo estaba sentado en la silla de la entrada…
Durante años eso me atormentó y me provocó a menudo feas pesadillas, pero nunca se lo conté a nadie por miedo al ridículo.
Luego yo ya de grande, descubrí algo increíble que cambió mi vida. Un día escuché la conversación de mi padre, ya muy mayor él, que le platicaba a mi madre que recién había fallecido su amigo, el HERMANO GEMELO del otro compañero taxista que habían velado cuando él me llevó a aquel velorio, cuando yo estaba chico, ahora lejano en el tiempo de mi padre.
Entonces eso me alivió, me liberó de las pesadillas que yo había padecido por mucho, mucho tiempo…
Niña Traviesa:
En la parte antigua de la ciudad, hay un establecimiento al que, suelen acudir cierto tipo de gente.
Además de numerosos artículos expuestos, cuya finalidad es inusual, pero bien conocida por quienes frecuentan ese lugar, hay una serie de pequeñas cabinas dispuestas en parejas; cada par compartiendo una pared común.
En esta pared común, hay un agujero del tamaño de un puño, que sirve de comunicador sin revelar el rostro del ocupante.
En una ocasión, una joven y atractiva mujer entra en el edificio, mira nerviosamente a su alrededor con la esperanza de que no la vea nadie conocido, y se cuela al interior de una de las cabinas.
En la cabina contigua al otro lado de la pared, espera sentado y con paciencia un hombre mayor.
La joven cierra la puertecilla de la cabina y parece algo aprensiva. Susurra cerca del agujero en la pared que separa las cabinas.
"-¡Lo siento "Papi"... He sido una niña mala muy traviesa y rebelde...!
El anciano del otro lado, que tiene bastante experiencia en este tipo de encuentros, suspira profundamente y exhala con cierta emoción. Anticipando un largo e interesante encuentro, le susurra a la jovencita:
"-Sin duda tienes la idea correcta, aunque tu modo de comunicarlo no lo sea. Niña: tu confesión cristiana siempre debe de ser así:
"-¡Perdóneme Padre, porque confieso que he pecado...!"
Ex novio de Karen:
"-Espera, espera Karen... por favor no me toques mi cara, todavía me duele mucho, mucho, mucho... y mi cuello, y mi... ¡Oh! ..."
"-...¿Y tú que te crees que me pasó, Karen...? Otra vez fue tu EX - Novio Karen, el mismo que anoche vino otra vez a buscarte, Karen..."
"-Le dije que se fuera Karen, pero sabemos que es un idiota. Tuve que pelear con él otra vez."
"-Y pude hacer que se fuera, pude lograr que se largara, Karen. Aunque estoy seguro que volverá cualquier noche como siempre lo hace..."
"-Si, Karen, ya sé que hicimos un gran escándalo... Y no, francamente no me interesa haberte despertado; es más, era necesario que te despertaras de cualquier manera... Karen..."
"-¿En serio? ¿Los vecinos se quejaron...? Pues explícales la situación; diles que estuve peleando anoche otra vez con tu EX - Novio muerto Karen... ¡El espectro que otra vez vino a buscarte desde el más allá... Karen…!"
"-¡Aagh! ¡Karen...! ¡Maldita sea Karen...! ¡Me duele...!"
"-Pero ya no sé para qué te lo explico Karen... ¡De cualquier modo, tu no comprendes ni uno sólo de mis maullidos... Karen...!"
Pintor de brocha gorda:
En la plaza hay varios tipos que, con letreros escritos en cartones, anuncian sus muy diversos oficios: los hay pintores, jardineros, albañiles, carpinteros, plomeros...
Ahí, dependiendo de la estación del año, o apelmazados por el golpe de calor, o ateridos por el frío ambiental, esperan el arribo de los posibles clientes.
Hay uno que en su letrero escribió: "Se Pintan Casas".
Llega un señor y le dice:
"-Hola mi amigo… ¿Puedes ir a pintarme mi casa...?"
El tipo, sin apenas inmutarse, y mirándolo de abajo a arriba y de arriba a abajo, le responde:
"-Pos mira mi estimado, yo prefiero que la traigas hasta acá y aquí te la pinto con más calma; pero contigo voy a hacer una excepción y voy a ir hasta tu casa y allá te la pinto... ¡Vamos amigo, vamos pues...!"
Las risas burlonas de los muchos oyentes, no se hicieron esperar…
Buen Hermano:
Un tipo entra a una cantina y pide tres cervezas y tres caballitos de tequila.
Se los sirven y el sujeto se los lleva a una mesa solitaria al fondo del local. El cantinero piensa que otros dos hombres llegarán a acompañar al fulano que hizo la orden. Pero el cliente no espera a nadie; él toma un buen trago de una de las botellas de cerveza y luego apura un sorbo del tequila. Luego repite lo mismo en la segunda botella y su tequila y después hace lo mismo con la tercera botella y su tequila.
Al terminarse el contenido de las tres botellas y los tres caballitos de tequila, le pide al cantinero otra ronda igual.
El cantinero y los parroquianos están extrañados y con morbosa curiosidad, pero nadie dice nada al respecto.
Al acabarse la segunda ronda, el tipo paga y se dirige a la salida. En la puerta, el cantinero lo detiene y le pregunta sobre su muy extraña forma de tomar. Los clientes paran oreja y estiran el cuello, esperando oír la historia del tipo aquél.
El sujeto sonríe divertido y, ante la curiosa mirada de todos, se explica:
“-¡Oh!... No es nada raro ni especial mi amigo. Sólo es porque tengo dos hermanos que, por cuestiones de trabajo, nos hemos separado. Ahora ellos viven en ciudades alejadas, y ellos ahora mismo hacen lo mismo que yo, para continuar la costumbre de tomarnos dos cervezas y dos caballitos de tequila, juntos, cada fin de semana…”
Así que todos informados debidamente, se despiden y hasta el próximo fin de semana.
Al tercer Viernes, el tipo pide sólo dos cervezas y dos caballitos de tequila, espera la orden y se la lleva a su mesa solitaria.
Los parroquianos, el cantinero y quienes leen esto, creen saber la razón y uno a uno van a la mesa a darle “El Sentido Pésame”.
El tipo se aproxima a la barra de la cantina y, alzando la voz, explica:
“-¡No pasó nada grave, mis amigos…! Mis hermanos están bien y a esta hora estarán bebiendo su ronda en medio de una sonora carcajada. Lo que ha sucedido es que mi esposa, a mis espaldas y sin mi consentimiento, me ha anotado en su iglesia en el grupo de los abstemios persignados y le ha prometido a su pastor y a los feligreses que “su maridito” ya no va a tomar alcohol… Pero mis dos hermanos no han prometido nada de esta tontería; así que mientras resuelvo esto, me bebo los dos tragos de mis hermanos…”
En la concurrida cantina se escuchan unos sonoros vítores, varios Vivas y muchos aplausos… y hasta el siguiente Viernes, mis amigos…
¿Cómo mueren las estrellas?
Asistí a una conferencia científica con ponentes Físicos, Químicos, Astrónomos.
Luego de su disertación, el muy serio cosmólogo, un científico famoso, nos preguntó al público:
“-¿Alguien de los asistentes sabe cómo mueren las estrellas…”
Yo de inmediato levanté mi mano, y acudió una guapa chica a entregarme un micrófono para que todos escucharan mi respuesta, dije:
“-Generalmente y, lamentablemente, las estrellas mueren de una sobredosis… varios de ellos a la edad de 27 años…”
Por desgracia muy pocos entendieron mi acertada respuesta; y sigo sin entender el por qué me sacaron del salón de conferencias… La genialidad a menudo no es reconocida…
¿Coincidencia o Invocación…?
Una amiga, muy preocupada, me platicó que un día llegó de su trabajo a su casa a media tarde, mucho antes de lo normal, y descubrió que su hija, junto con cinco amigas, todas adolescentes, estaban efectuando una como ceremonia satánica, y estaban invocando a un demonio.
Lo peor fue que cuando se lo platicó a su marido, éste, muy serio le dijo:
“-¿No te has preguntado por qué tú, precisamente tú, te les apareciste en la ceremonia justo en el momento preciso de la invocación…?”
La Mujer del Año:
Acudimos a la Cena Anual del Club Felino de mi ciudad.
En el momento estelar de la noche, el Maestro de Ceremonias, acompañado de estruendosas fanfarrias y tamborileos, anunció con aire solemne:
“-¡Ahora toca dar a conocer el nombre de La Mujer del Año…!”
Una señora encopetada, arqueando una enorme ceja pintada a lápiz, allí donde alguna vez hubo "ceja", les murmuró a sus compañeras de la mesa:
“-Yo pienso que puede ser cualquiera de nosotras…” -Y se puso a mordisquearse una enorme uña artificial con incrustaciones de pedrería-.
El presentador describió a la merecedora al codiciado nombramiento:
“-Queridos socios y socias, ella es una Dama muy Brillante, Audaz, Emprendedora, Empoderada, ¡una Dama muy Moderna…!
“-¿Lo miran…? ¡Puede ser alguna de nosotras…! -Dijo cada vez más entusiasmada y emocionada la señora a sus compañeras de la mesa, sin dejar de roer ahora otra uña muy grande y cuadrada, adornada con plumitas -.
“-¡Y lo mejor, queridos socios y socias, ¡Ella es una Madre Ejemplar, y una Esposa Fiel y llena de Virtudes y Lealtades…!”
Dijo la señora, desilusionada y bajando la enorme ceja pintada a lápiz:
“-¡Uh No, No…! ¡No es ninguna de nosotras…!”
Caperucita Roja y El Lobo Feroz:
Mal empieza la cosa:
Va Caperucita Roja caminando por el sendero del bosque, cargando su canastita rumbo a la casa de su abuelita, cuando se encuentra con El Lobo Feroz, que la observa mientras se afila las uñas, con una pierna apoyado en un pino.
“-¿A dónde te diriges, Caperucita Verde…?”
“-¡Que te importa…! ¡Daltónico de porquería…!”
En la soledad del bosque, El Lobo Feroz salta sorpresivamente al camino al paso de Caperucita Roja y le dice:
“-¡Caperucita Roja…! ¡Te voy a hacer lo que nadie te ha hecho antes en cuentos, historias o chistes…!”
“-¡Oh my Gosh…!” -Exclama Caperucita Roja y se dispone a recibir lo inimaginable…-.
Entonces El Lobo Feroz se adelanta veloz como el rayo, le arrebata la canastita a Caperucita Roja y se la roba, huyendo por el bosque como una exhalación…
El Lobo Feroz en Otoño
Él sólo quería respirar el fresco aire del bosque, sólo quería caminar sin rumbo por los senderos cubiertos de hojas doradas en aquella hermosa tarde de Otoño. Pero aquella chica de capucha roja se le metió en las pupilas, en la boca, en las garras, en las entrañas, en todo el peludo cuerpo.
En ese Otoño, El Gran Lobo Feroz se había Enamorado...
El juicio de El Lobo Feroz
Caperucita Roja estaba batallando horrores para ocultar su sonrisa sarcástica. Una de las comisuras de sus labios se mantenía obstinadamente levantada de su lugar.
Trataba de confundirse entre la muchedumbre que había asistido al juicio del despreciable ser que Caperucita Roja había denunciado como el asesino de su abuelita y del señor leñador.
El juez, impresionado por el aterrador relato que Caperucita Roja detalló de los viles asesinatos; y luego, presionado por el populacho, declaró a El Lobo Feroz como Culpable.
Y ante el griterío de la multitud, ordenó su inmediata ejecución.
Caperucita Roja, ya más que cansada de los constantes regaños de su abuelita, que quería detener a toda costa el amorío que Caperucita Roja mantenía con el leñador, hombre muy mayor que ella, al fin planeó el doble asesinato: mató a su abuelita y al señor leñador y culpó públicamente a El Lobo Feroz, quien sólo era culpable de haber estado en el sitio y en el tiempo equivocado. Sólo pasaba por allí cuando sucedieron los lamentables acontecimientos.
Cuando finalmente El Lobo Feroz fue ejecutado públicamente, una muy malévola sonrisa apareció en el semblante de Caperucita Roja; allí precisamente es donde generalmente aparecen las muy malévolas sonrisas.
Furtivamente y en silencio, Caperucita Roja abandonó el lugar…
Disparo a boca jarro
“-Eres la criatura más despiadada del bosque. Matas por placer y te comes el corazón de tus víctimas. Alguien debe detenerte. Un monstruo como tú no puede andar suelto por ahí…”
Le dijo El Lobo Feroz, antes de que Caperucita Roja le disparara a boca jarro…
Larga “Corta” Vida para los Perritos:
¿Por qué los Perritos viven menos que los humanos…?
¿Por qué la vida de los Perritos es más corta que la de los seres humanos…?
Los humanos venimos al mundo para aprender a vivir una vida medianamente buena. Nacemos para aprender a amar a los demás y a ser buenas personas, pero generalmente no lo aprendemos pronto. A menudo se nos pasa una larga vida intentando aprender aquello, y muchas veces no lo aprendemos bien, vean cómo está el mundo humano hoy en día.
Los Perritos nacen ya sabiéndolo todo eso. Y por eso no es necesario que vivan tanto tiempo como nosotros los sufridos humanos.
Si nosotros aceptáramos que nuestro Perrito fuera nuestro maestro, nuestro gurú, nuestro sensei, aprenderíamos pronto y de primera mano aquellas cosas tan valiosas como:
…Cuando tus seres queridos lleguen a casa, siempre corre a darles la bienvenida…
…Nunca dejes pasar la oportunidad para salir a caminar y a pasear…
…Siempre permite que la experiencia del aire fresco y el viento en tu cara, sea puro y gratuito éxtasis…
…Mejora tu atención y permite que las personas te toquen…
…Evita morder cuando con un solo gruñido sea suficiente advertencia y tenga un eficiente efecto intimidatorio…
…En un clima caluroso, toma mucha agua, es más, siempre toma mucha agua…
…Busca siempre un lugar cómodo en donde echarte un buen rato…
…Toma largas siestas y estírate bien cada vez que te vas a levantar…
…Acostúmbrate a saltar, a correr y a jugar diariamente…
…Cuando seas feliz, baila moviendo todo tu cuerpo sin ninguna vergüenza, pudor y precaución…
…Disfruta de las cosas simples y de una larga caminata mirándolo y oliéndolo todo…
…Sé leal, y nunca pretendas ser algo que no eres, y sé auténtico…
…Si lo que quieres está enterrado, búscalo persistentemente hasta encontrarlo y nunca lo olvides…
…Cuando alguien esté teniendo un mal día, siéntate cerca y solamente quédate en silencio y hazle sentir que solamente estás allí presente, en compañía…
Todo esto ya lo saben los Perritos, no necesitan largos años ni necesitan vivir tanto tiempo para aprenderlo.
Respeta, cuida y ama a los Perritos por todas estas cosas y muchas otras más que de momento se me olvidan, pero que a diario voy descubriendo conforme vivo en compañía de mi Perrito…
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