Los "Relatos de lo Absurdo" tratan de cuestionar a la Sociedad y al Ser Humano por medio de narraciones o representaciones o de situaciones absurdas, humorísticas, enredadas, ilógicas o trágicas en una cotidianidad personal o social.
El mal entendido, la ingenuidad, el enredo, esas cosas que hacen a la Vida divertida...
Algunos ejemplos tomados de aquí, de allá y de acullá:
Ex novio de Karen:
"-Espera, espera Karen... por favor no me toques mi cara, todavía me duele mucho, mucho, mucho... y mi cuello, y mi..."
"-...¿Y tu que te crees que me pasó, Karen...? Otra vez fue tu EX - Novio, Karen, el mismo que anoche vino otra vez a buscarte, Karen..."
"-Le dije que se fuera Karen, pero sabemos que es un idiota. Tuve que pelear con él otra vez."
"-Le dije que se fuera Karen, pero sabemos que es un idiota. Tuve que pelear con él otra vez."
"-Y pude hacer que se fuera, pude lograr que se largara, Karen. Aunque estoy seguro que volverá cualquier noche como siempre lo hace..."
"-Si, Karen, ya sé que hicimos un gran escándalo... Y no, francamente no me interesa haberte despertado; es más, era necesario que te despertaras..."
"-¿En serio? ¿Los vecinos se quejaron...? Pues explícales la situación; diles que estuve peleando anoche otra vez con tu EX - Novio muerto, Karen... Que otra vez vino a buscarte desde el más allá...?"
"-¡Aagh! ¡Karen...! ¡Maldita séa Karen...! ¡Me duele...!"
"-Pero ya no sé para qué te lo explico Karen... De cualquier modo, tu no comprendes ni uno sólo de mis maullidos...!"
20 de Abril:
20 de Abril, Día de Mi Cumpleaños y Día Internacional del Cannabis:
Yo, Arturo, en pleno uso de mis facultades y basado en el Derecho Internacional de Réplica, protesto airadamente porque ésta dizque "Celebración" sea el mismo día que el de mi cumpleaños.
Además, yo llegué primero...
El festejo del "420" o Día Internacional de la Marihuana, viene del año 1971, cuando en California, un grupo de "jóvenes marihuanos" se reunían a las 4:20 Hrs P. M., después de clases, para fumar la re cochina y apestosa hierba...
Entonces, insisto, yo llegué primero...
La tal asociación, los consumidores, los "dealers", los narcos a cargo de ese tan letal negocio de esa droga fatal, pueden tomarse como su día de festejo el 30 de Febrero de cada año, por ejemplo.
Yo he conocido desgraciadamente a consumidores y con profunda pena he visto que su estado de salud física y mental es lamentable y degradante. La tal degradación de sus vidas a menudo afecta también a sus familias y a personas cercanas.
El mundillo clandestino y público de esta droga debe ser detenido, combatido y prevenido por todos los que queremos un mundo mejor...
...I have spoken...
Niña Traviesa:
En la parte antigua de la ciudad, hay un establecimiento al que, suelen acudir cierto tipo de gente.
Además de numerosos artículos expuestos, cuya finalidad es inusual, pero bien conocida por quienes frecuentan ese lugar, hay una serie de pequeñas cabinas dispuestas en parejas; cada par compartiendo una pared común.
En esta pared común, hay un agujero del tamaño de un puño, que sirve de comunicador sin revelar el rostro del ocupante.
En una ocasión, una joven y atractiva mujer entra en el edificio, mira nerviosamente a su alrededor con la esperanza de que no la vea nadie conocido, y se cuela al interior de una de las cabinas.
En la cabina contigua al otro lado de la pared, espera sentado y con paciencia un hombre mayor.
La joven cierra la puertecilla de la cabina y parece algo aprensiva. Susurra cerca del agujero en la pared que separa las cabinas.
"-¡Lo siento "Papi"... He sido una niña mala muy traviesa y rebelde...!
El anciano del otro lado, que tiene bastante experiencia en este tipo de encuentros, suspira profundamente y exhala con cierta emoción. Anticipando un largo e interesante encuentro, le susurra a la jovencita:
"-Sin duda tienes la idea correcta, pero ésto debe de ser así, repite conmigo:
"-¡Perdóneme Padre, porque confieso que he pecado...!"
Pintor de brocha gorda:
En la plaza hay varios tipos que con letreros escritos en cartones, anuncian sus oficios: pintores, jardineros, albañiles, carpinteros, plomeros...
Ahí, dependiendo de la estación del año, o apelmazados por el golpe de calor, o ateridos por el frío ambiental, esperan el arribo de los clientes.
Hay uno que en su letrero escribió: "Se Pintan Casas".
Llega un señor y le dice:
"-¿Puedes ir a pintarme mi casa...?"
El tipo, sin apenas inmutarse, y mirándolo de abajo a arriba y de arriba a abajo, le responde:
"-Pos mira mi estimado, yo prefiero que la traigas hasta acá y aquí te la pinto con más calma; pero contigo voy a hacer una excepción y voy a ir hasta tu casa y allá te la pinto... ¡Vámonos amigo, vamos pues...!"
El camino no tomado:
La "Fatalidad" es aquello que es inevitable y que ineludiblemente nos lleva a lo fatal, a lo irremediable.
Es el "Destino" que determina las desgracias.
Generalmente pensamos como hemos llegado a estar en una desgracia, y nos vamos retrocediendo el tiempo, buscando la causa o el principio de los acontecimientos.
Casi siempre es en vano, no encontramos aquello que nos causó esa fatalidad. Incluso esa fatalidad es un acto que no tiene una relación directa con nuestra vida; fue originada por un hecho completamente ajeno a nuestra cotidianidad.
Algo originará una serie de acontecimientos que muchas veces cambiaron la toma de decisiones, hasta llegar a la fatalidad o a la desgracia.
Mi amiga Agnes. mi 'Psicoloca' de cabecera, un día me platicó de un ejemplo de un hecho que derivó a varias desgracias encadenadas.
A ese cambio de decisiones y a sus consecuencias, se le llama "The Road Not Taken" o sea "El Camino No Tomado".
El ejemplo cuenta el hecho de que una joven trabajaba en una fábrica de brassieres o sostenes, en un suburbio pobre. Ella acude a trabajar un día que estaba muy distraída y no se concentra en su trabajo, porque trae el pendiente de que se acaba de enterar de que está embarazada. Ella es joven, soltera y pobre, y su pareja es un hombre flojo y desobligado que seguramente no la apoyará a resolver su problema.
Debido a esa distracción laboral, deja una pequeña varilla al descubierto en el brassier y no hace la reparación correcta y el producto así sale a la venta...
Una mujer acude con su marido a una reunión social del trabajo, a un exclusivo club.
De pronto siente un malestar en uno de sus senos y se siente incómoda, por lo que va al baño a revisar que la incomoda. Descubre que su brassier tiene una varilla zafada; al principio piensa que puede arreglar el defecto, pero no le resulta. Entonces decide quitárselo; el vestido que se puso ese día se lo permite, nadie lo notará. Primero piensa votarlo a la basura, pues trae un bolso de mano muy pequeño, pero pues el sostén es costoso y ella cree que en casa puede repararlo sin mayor problema. Mira que su esposo está muy entretenido con una persona que parece importante, por lo que decide no molestarlo ya que recuerda que su auto está sin alarma; vamos, es un club privado y de clase, quien va a robarse un auto allí. Entonces se dirige al estacionamiento, medio recuerda en dónde está el vehículo, está medio oscuro y a olvidado sus lentes en la mesa, pero ya cerca, abre el auto y pone el brassier en medio de los dos asientos delanteros.
La fiesta transcurre y al final se retiran a casa. La mujer olvida de momento el asunto del brassier.
Han pasado un par de años...
Un hombre toma su trago en una cantina; solitario y con una cara visiblemente triste.
Se acerca el cantinero y le pregunta la causa de su tristeza y de su soledad (así son de metiches los cantineros).
"-Pues resulta, mi estimado, que yo amaba mucho a mi esposa, la verdad. Pero algo pasó que me llevó a la desgracia. Una noche fuimos a una fiesta y de regreso mi esposa iba dormitando por efecto de las bebidas. Llegamos a casa y nos fuimos directamente a dormir.
A la mañana siguiente, me desperté por el escándalo que estaba causando mi esposa. Resulta que dijo que la noche anterior había puesto su brassier en medio de los asientos delanteros de nuestro auto y cuando en la mañana fue a buscarlo, no lo encontró. Para ella la única forma de explicarlo era que yo lo había encontrado y asustado, lo tiré en el camino mientras ella dormitaba. Dice que seguramente yo había estado con otra mujer y que pues pensé que ese brassier lo había dejado "mi querida". Por más que le juré y perjuré que yo no había hecho éso, ella me perdió la confianza y la relación se fué al caño. Terminamos en el divorcio y yo ya no he vuelto a ser feliz de nuevo.
En otro bar cerca de la cantina mencionada, otro bebedor solitario le platica su triste historia al cantinero...
"-Pues resulta que yo amaba mucho a mi esposa. Pero algo pasó que me llevó a la desgracia. Una noche fuimos a una fiesta y de regreso, mi esposa iba dormitando por efecto de las bebidas. Llegando a casa, ella vió algo que estaba entre los asientos delanteros de nuestro auto; lo sacó, era un brassier que obvio no era de ella. Muy enojada me preguntó que de quien o de cual "querida" era esa prenda íntima que acababa de descubrir allí. Yo le dije que eso yo no lo sabía. Me interrumpió y me gritó que yo lo estaba engañando con alguna zorra y por más que yo le juré y perjuré que yo no había hecho tal cosa. Así que ella me perdió la confianza, nuestra relación se enfrió y terminamos en el divorcio. Yo ya no he vuelto a ser feliz de nuevo.
Ahora, al margen, nosotros podemos entender lo que pasó esa noche de fiesta social.
La primera mujer, con las prisas, sin sus lentes, semi oscuro y con todos los autos sin alarma, se equivocó de auto y escondió su brassier defectuoso, en el auto equivocado.
Nada de ese enredo hubiera pasado si la muchacha de la fábrica de lencería hubiera hecho bien su trabajo.
Pero no lo hizo porque no estaba concentrada en su labor; estaba mus preocupada por su situación al saber que estaba embarazada.
O a lo mejor debemos culpar al tipo que embarazó a la muchacha, que no cosió bien la varilla del brassier, que molestó e irritó la delicada piel de la señora, que se lo quitó y lo escondió en un auto equivocado.
El destino final, la fatalidad, determinó el rumbo de los acontecimientos y de las desgraciadas vidas de dos esposas, de dos esposos y de las familias de ambos matrimonios. Todo por un brassier mal hecho.
De esos detalles menores, se vale la fatalidad para causar males mayores.
Condenado a muerte:
El salaz abogado le dice a su cliente (a todavía su cliente), que está condenado a muerte en la silla eléctrica:
"-Tu ejecución está programada para las 6 de la mañana, pero yo te conseguí una hora de clemencia..."
"-Bueno, no es mucho tiempo que digamos..." -Contesta el condenado-. "-Pero pues algo es algo; tráeme pues a la Clemencia..."
Sabiduría callejera:
Un muy popular y reconocido filósofo callejero estaba en el parque de la universidad, rodeado de sus discípulos, de sus seguidores y de otros curiosos. En eso se le apareció un "Espíritu" y le dijo:
"-Buen hombre, tú has sido un gran maestro y buen influencer para tus seguidores, has dedicado tu vida a la enseñanza y al bien. Te voy a conceder un deseo: a escoger entre la "Sabiduría" y la "Riqueza".
El filósofo, por quedar bien con sus seguidores que lo rodeaban, escogió la "Sabiduría".
El "Espíritu" dijo "-¡Concedido...!" Y en medio de una explosión con humos y vapores de colores, desapareció...
Los discípulos y seguidores y los curiosos estaban aplaudiendo emocionados. Uno de ellos le preguntó:
"-¡Oh Maestro...! ¿Qué es ahora lo que sabes, Oh Sabio Maestro...?"
El filósofo callejero los miro con aire triste y con toda la calma del mundo, respondió:
"-Ahora sé que debí de haber escogido la "Riqueza...", pero ya es muy tarde..."
Maldición por robar o no devolver libros a sus dueños:
En la antiguedad eso era muy penado. Y para quienes no se les podía castigar, se les maldecía con duras palabras, como éstas, citadas en el libro de Alberto Manguel, que refiere el autor, estaban inscritas en la Biblioteca del Monasterio de San Pedro de las Puellas en Barcelona:
"Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en 'sierpe' en la mano y lo desgarre...
Que quede paralizado y condenados todos sus miembros...
Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca...
Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa...
Y que cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre...”